Un artículo mío publicado hace dos semanas causó cierto debate. En él, yo argumentaba que izquierda no es sinónimo de libertad (a no ser que se trate de socialdemocracia, su variante más moderada).
Hoy quiero argumentar que la izquierda ecuatoriana ha sido cómplice de un proceso de progresiva pérdida de libertad en nuestro país. Y eso es porque izquierda no es sinónimo de libertad.
Quienes conforman la izquierda ecuatoriana, hoy agrupados alrededor de Correa, Acosta, Wray y de los partidos Avanza, MPD, Pachakutik y Socialista, estuvieron de acuerdo con todo lo que ocurrió en el primer semestre del año 2007, cuando se destituyó a 56 diputados y a la Corte Constitucional. Estuvieron de acuerdo con la convocatoria a una consulta popular no considerada en la Constitución anterior y apoyaron a la Constitución de Montecristi.
La Constitución de Montecristi es un instrumento que concentra poder en el Presidente y que puede cobijar absurdos como la Ley Mordaza contra la prensa que, supongo, será aprobada en poco tiempo.
Luego de haber apoyado unánimemente todos esos atropellos contra la democracia y la libertad, la mayor parte de la izquierda miró sin inmutarse un juicio con el que se quería poner una multa de USD 80 millones a un diario por un artículo de opinión. Nadie de la izquierda ecuatoriana protestó cuando Teleamazonas fue clausurada por 3 días y nadie salió a tirar piedras en las calles cuando Jorge Ortiz, Andrés Carrión o Carlos Vera salieron del aire.
Y muchos de la izquierda ecuatoriana se mantuvieron en silencio con la detención de Guadalupe Llori y los 10 de Luluncoto (en honor a la verdad, demasiados ecuatorianos nos mantuvimos en silencio).
Sin duda hay brillantes intelectuales como Simón Pachano (que escribió una carta criticando mi artículo) que pueden imaginar una izquierda no autoritaria. Sí, se la puede imaginar, pero los hechos nos presentan en el Ecuador una tendencia muy poco comprometida con la defensa de las libertades personales y muy silenciosa cuando se las coarta.
Quizás este escaso compromiso con la libertad esté conectado con una mayor identificación de la izquierda con la búsqueda de la igualdad (en detrimento de la búsqueda de la libertad), como argumentó Julio Echeverría en un interesante artículo que también comentó el mío, pero esa es una explicación y no una justificación.
Y no, mi artículo no era una crítica contra el gobierno, como equivocadamente argumentó Juan Esteban Guarderas (en otro artículo criticando el mío). Mi crítica era contra la izquierda ecuatoriana, tan arcaica en su ideología, tan poco informada de la caída del Muro de Berlín, tan alejada de formas más democráticas de izquierda como las de Chile, Brasil, Uruguay, Costa Rica o Francia. Y tan cercana a Cuba. Y encima orgullosa de eso.