La atención médica y los medicamentos nunca han estado gravados con IVA en el Ecuador.
Los establecimientos médicos, laboratorios, distribuidoras y boticas deben pagar impuesto a la renta sobre sus utilidades. Los profesionales médicos deben hacerlo sobre ingresos tributables.
Una buena cosa del actual Gobierno, en diciembre de 2007, fue autorizar la deducción de gastos médicos a las personas naturales, en las condiciones que se impusieron.
En enero del 2011, el Gobierno anuncia IVA sobre los medicamentos con reglas y excepciones todavía no definidas. La explicación oficial es que esa carga tributaria y otras financiarían mayor inversión en salud para las personas de menores recursos, en que se incluiría medicamentos gratuitos para tales personas.
El actual Gobierno, el 15 de enero del 2001 cumplirá cuatro años en el poder -seis gobernantes hubo desde agosto del 2006 a enero del 2007- y ha hecho importantes inversiones en salud, pero el sector nunca salió de episodios de crisis, que hoy lo tienen en colapso.
Las inversiones en un elevado segmento se convirtieron en solo gasto improductivo en lo social y económico, lo que demuestra que el problema no es solo de montos de dinero, que al final se pierde por el caño, por el despilfarro y sobreprecios.
No es cierto que las medicinas llegan gratis a los pacientes de menores ingresos, de los centros médicos del Ministerio de Salud y del IESS. Solo vean los cientos de boticas que rodean a los centros médicos y cuanto venden. En promedio más que las farmacias de sectores poblacionales de mayores ingresos. Sondeos en sitio señalan que ni el 40% de los medicamentos, los pacientes los reciben gratuitamente. El 60% o más deben comprarlos.
El IESS siempre ha publicitado inmensos volúmenes de compra de medicamentos. El 2009 se demostraron los groseros sobreprecios de las ofertas y de las adjudicaciones en los procesos de compra del IESS, no por porcentajes de recargo, sino por duplicación y más de los precios. Hoy, para felicidad de los afilados, el IESS autoriza a los establecimientos médicos privados la atención médica y quirúrgica de sus afiliados y se anuncia que desde 2011 se extendería a cónyuges e hijos menores de edad. ¿Hasta cuándo?, no se sabe. Si se sectoriza el IVA para medicamentos de especialidad, ¿qué pasará con los pacientes de cáncer, de sida, de trasplantes y otras enfermedades agudas y crónicas, en que no hay medicamentos -o hay con riesgo de rechazo o de insuficiencia- en la producción nacional?
Sean inflexibles -persecutorios y sancionadores- contra los laboratorios y las importadoras que lucran del dolor y la enfermedad con elevados precios, pero que no se castigue a los enfermos y sus familias encareciendo con IVA a los medicamentos.