Debemos tener presente y reconocer que sin seguridad jurídica, jamás lograremos una inversión sostenida en nuestro país, ya sea por nacionales y peor aún por extranjeros.
Nadie va a arriesgar su capital, su conocimiento, peor su futuro en un país donde no se aprecie el esfuerzo y la entrega de sus capacidades personales. Para algunos, el empresario, el emprendedor no es más que una persona interesada que trata de beneficiarse de los demás y por ello sus méritos no deben ser reconocidos sino más bien castigados con impuestos y regulaciones que mermen sus utilidades.
La gran pregunta sería: ¿Dónde invertiría Ud.? ¿En un país donde se reconoce el mérito ajeno y se agradece su aporte cultural y económico para incrementar la producción y proveer puestos de trabajo para la sociedad en general?, ¿o en aquel que a pesar de que su naturaleza sea rica con grandes posibilidades de éxito, pero no existe seguridad jurídica que garantice recuperar su inversión y peor sus legítimas utilidades, y que por el contrario pueda ser acusado y hasta perseguido solo por haber tenido éxito?
Debemos reconocer que el Ecuador es un país único con grandes posibilidades en todos los campos, podemos producir todos los días del año, todos los productos que el resto del mundo los necesite, tenemos más horas de sol, más agua, más biodiversidad, más fauna marina, no hay duda que somos bendecidos.
Sin embargo nuestro medio de vida es subdesarrollado, principalmente porque nuestros líderes no han enfocado su plan de desarrollo en proveer una educación de excelencia, una alimentación nutritiva y una buena atención médica, que garanticen el desarrollo de una sociedad con valores morales, éticos y cívicos.