Se supone que el poder público, en democracia, está dividido en funciones, y debe estar estructurado para que los responsables en todos sus espacios sean los que tomen decisiones y ejecuten las acciones de gobierno. Las entidades de control deben actuar con absoluta independencia.
En regímenes autoritarios, los autócratas, aun cuando no se auto declaren dictaduras -como que hacerlo se volvió arcaico- y haya fachada de democracia, con menos o más prácticas de exclusiones y o fraudes en supuestos procesos electivos por sufragio, en todo imponen su voluntad.
Usualmente convocan a los de su confianza, de diferentes categorías, en que más importantes que los serviles, son los intermediarios que drenan en los negocios públicos, hasta que se desbordan los espacios que invaden.
Daniel Salcedo, desde el 2014, celebró más de una decena de contratos de “imagen” y “relaciones públicas”, con entidades y empresas del sector público, antes de pasar a ser uno de los principales proveedores de medicinas e insumos médicos, en que las ilicitudes y los sobreprecios se desbordaron. Después que fugó y se accidentó en el Perú, está preso y tiene varios procesos en contra. ¿Quiénes sus padrinos?
En comercialización del petróleo, en el correato, bajo diversas figuras, ventas anticipadas y otras formas que, en resumen, han atado – por años – los volúmenes mayores del petróleo que se va a extraer, para empresas de China y otros países, el principal intermediario es el señor Enrique Cadena. El simplismo de justificar que solo se adelanta el pago del petróleo es un insulto a la inteligencia, porque ese dinero también se gasta – y se ha derrochado- mucho antes a la entrega del petróleo, con lo cual se está depredando esa riqueza; y, además, con el costo de comisiones, por tales anticipos.
Lo del Isspol es de miedo. El señor Jorge Chérrez, de los entornos del correato, constituye dos membretes, Ibcorp Investments and Business Group LLC y Hybfc (High Yield Bond Funding Corp.), casi cautivos para el manejo de cientos de millones de dólares del Isspol (la seguridad social de la Policía Nacional), en el gobierno de Correa, lo que ha continuado en el de Moreno.
Ningún control funcionó. Chérrez sostiene que ha estado en permanente comunicación con ministros y otros altos funcionarios del Estado; y, responsabiliza de la situación actual, en su relación con el Isspol, que el Gobierno ecuatoriano impuso la reestructuración de la deuda externa en bonos. Un verdadero cinismo.
Las intermediaciones, en diferentes grados, significan privilegios, corrupción y lavado de dinero. El “cuentero de Muisne”, dejó de ser el campeón del cuento, ha sido como niño de pecho, comparándolo con los saqueadores del correato.