Inquietudes nacionales
1. ¿Qué expectativas tiene de la reforma laboral puntual?
Según las declaraciones de algunos funcionarios de Gobierno, el contenido de estas reformas no cambia la dirección establecida en el proyecto conocido y presentado con anterioridad. Se reduce en su alcance, pero mantiene la línea que endurece las relaciones entre los trabajadores y los empresarios, y crea potenciales conflictos que sin duda alguna menguarán la capacidad de ofrecer nuevas oportunidades de empleo en los procesos de evaluación de riesgos productivos. Se intensificarán las fórmulas de automatización productiva.
Hay propuestas como la eliminación del contrato a tiempo fijo y su reemplazo por el de tiempo indefinido, que de tener aplicación general, choca con la realidad del mundo económico en el cual existen labores en campos cuyas necesidades de empleo son temporales por los ciclos productivos, la época, la especialidad, el tipo de obra, en especial cuando se trata de proyectos de inversión que concluyen con su instalación. En fin, una serie de actividades reconocidas en casi todas las legislaciones laborales del mundo por sus singularidades.
Acaba o conspira con la etapa de evaluación y mejoramiento de la productividad, pues elimina el incentivo a aprender y colaborar para que su labor se convierta en necesaria y permanente en función de la responsabilidad y el empeño.
La limitación o el establecimiento de un tope al 15% de las utilidades solo se puede entender desde una visión de necesidad fiscal, pues el argumento seudomoral de extraer al trabajador ese exceso porque no lo merece, tiene escaso valor doctrinario.
La creación de sindicatos por ramas de actividad introduce un elemento perturbador en empresas que han conseguido establecer un ambiente extraordinariamente positivo y motivador de labores, en las cuales el esfuerzo es recompensado y la eficiencia es el motor de los resultados. Además, podrá crear presiones de costos que en lugar de abrir espacio a la competencia y la defensa del consumidor, le ocasionará daños en su economía.
La modificación de la jubilación patronal, el anulamiento de ciertos despidos, son nuevas formas de alterar relaciones cuyas reglas no ocasionaban tensiones sociales ni producían exclusiones en el mercado. Ahora, estos temas pueden acarrear deformaciones en ciertas actividades.
Las inflexibilizaciones promueven mercados ocultos, ilegales dentro de una informalidad que promueve la existencia de actividades sumergidas. Con este tipo de reformas no se crean incentivos para un empleo remunerado y de mejor calidad. El tope a las remuneraciones a los gerentes destruye las actividades de jóvenes preparados que realizan labores delicadas y que con seguridad buscarán oportunidades en otros países.
2. ¿Qué opina de la recaudación de impuestos y las nuevas normas tributarias que podrán ponerse en vigor?
El incremento es sostenido y ha llegado a representar más del 70% de los ingresos del Presupuesto. Han influido los impuestos creados, las reformas e incrementos de otros, pero su estructura sigue marcando una prevalencia de los indirectos, que ha sido uno de los crónicos problemas tributarios de muchos años y que este Gobierno no ha podido resolver. Incluso lo ha profundizado.
La Pro forma estima una recaudación de 15 500 millones de dólares. 8% más que el año que concluye. Sólo estos impuestos llegan al 15% del PIB. Sin embargo, al mirar la descomposición se encuentran estimaciones que parecen muy optimistas y resultan difíciles de entender: los impuestos arancelarios aumentan el 38%, el ICE el 14% y el IVA el 11%. En un ambiente de desaceleración económica, reconocido por el propio Gobierno, estas propuestas no guardan concordancia con los supuestos macroeconómicos oficiales.
No hay en la Pro forma algún capítulo que se refiera a nuevos impuestos. Sin embargo, en el ítem clasificado como “ingresos no tributarios” se presenta una cifra (2 500 millones) que parece extremadamente alta pues tiene un incremento interanual del 62% y podría albergar los valores de las propuestas tributarias que han sido planteadas las últimas semanas.
3. ¿Qué fuentes de financiamiento tiene el Gobierno para cubrir una eventual brecha fiscal?
Las cuentas de la Pro forma determinan una brecha financiera de 8 800 millones de dólares, lo cual significa el 8% del PIB proyectado para el 2015 (108 600 millones). Es una relación alta que sin lugar a duda no puede ser mantenida en el tiempo pues genera distorsiones en la propia economía y reconstruye el problema de la dependencia del país en el endeudamiento externo.De ese monto, 5 400 se explican por el déficit y 3 400 por las amortizaciones de deuda ya contratada. El financiamiento no está detallado. Sólo se menciona 1 600 millones de deuda interna y 7 200 millones de externa. Las fuentes son las conocidas, aunque se ha notado que algunas ya tienen reticencia a aumentar su exposición en el país. China, el mayor acreedor y los multilaterales, en su proporción asoman como las potenciales fuentes.
Estos valores podrán reducirse si la realidad lleva al Gobierno a reducir los gastos por la declinación de los ingresos petroleros en cuyo caso la situación podría ser mucho más manejable. También es posible el escenario contrario, como ya ocurrió en el año que fenece, pero para ello será necesario contar con fuentes adecuadas y oportunas. De cualquier manera, es de esperarse un encarecimiento de los créditos como consecuencia del aumento del riesgo país.
No debe descartarse la utilización más intensa del endeudamiento interno, para lo cual ya cuentan con todas las herramientas legales. En este caso, la desventaja es su efecto nulo en el financiamiento de la balanza de pagos, que por la reducción de exportaciones petroleras tiene un déficit que cubrir. Por ese camino la contracción de importaciones aparece como una vía complementaria inevitable.