En su novela de ciencia ficción de 1961 Forastero en tierra extraña, Robert A. Heinlein eligió a un lingüista musulmán, el “Dr. Mahmoud”, para ayudar al protagonista del libro, criado en Marte, en su transición a la vida en Estados Unidos. Forastero puede ser ficción, pero la selección por parte de Heinlein de un intérprete musulmán estaba anclada en la realidad. De hecho, la gente de Oriente Medio y del norte de África (MENA) ha oficiado de “traductores” de la innovación y el descubrimiento en Estados Unidos durante décadas.
Una investigación reciente que llevé a cabo, junto con dos colegas del Instituto Austríaco de Tecnología, Georg Zahradnik y Bernhard Dachs, se basó en datos de patentes presentadas en Estados Unidos para arrojar luz sobre el papel que los individuos de ancestros árabes, kurdos, persas y turcos ejercen en el desarrollo de la tecnología estadounidense. Comenzamos nuestra investigación después de la orden ejecutiva del presidente Donald Trump, que prohibía el ingreso a Estados Unidos de ciudadanos de seis países de predominancia musulmana (la lista originariamente incluía a Irán, Iraq- luego descartado-, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen)Lo que descubrimos no fue ninguna sorpresa para nosotros. Pero aquellos encargados de garantizar que Estados Unidos siga siendo el líder del mundo a la hora de aportar nuevas ideas al mercado deberían estar preocupados.
En 2013, había aproximadamente un millón de inmigrantes de la región MENA que residían en Estados Unidos, lo que representaba el 2,5% de los 41,3 millones de inmigrantes del país. Aproximadamente el 43% de los inmigrantes de MENA de 25 años o más tenían un título de licenciatura o superior, comparado con el 28% de todos los inmigrantes a Estados Unidos y el 30% de los adultos nacidos en Estados Unidos. Si se incluyera el millón aproximadamente de personas de origen persa y turco, las cifras de los logros educativos probablemente serían incluso más altas.
Para calcular aproximadamente el aporte de los inmigrantes de la región MENA a la innovación estadounidense, cruzamos unos 2.500 nombres específicos de MENA con documentos de solicitud de patentes presentados ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO por su sigla en inglés). Descubrimos que entre 2009 y 2013, 13.180 solicitudes de patentes habían sido presentadas por organizaciones estadounidenses, o individuos residentes en Estados Unidos, en las cuales al menos un solicitante tenía un nombre de la región MENA. Esto representa el 5,1% de todas las solicitudes de patentes presentadas ante la WIPO en Estados Unidos durante el periodo 2009-2013. Pero muchos inventores de MENA que tienen nombres compartidos con otras etnicidades, como nombres bíblicos, quedaron afuera. Las cifras reales son, en verdad, más elevadas.
Sami Mahroum
Project Syndicate