No saber dónde están los restos de Javier Ortega, de Paúl Rivas y de Efraín Segarra provoca una profunda impotencia. Sí. Es inentendible que dos meses después del plagio y posterior crimen del equipo periodístico, Ecuador y Colombia hayan capturado a 78 personas vinculadas con ‘Guacho’ y no tengan datos de dónde están los cuerpos.
Si alias ‘Cachi’ fue el segundo al mando de los disidentes, si alias ‘Braian’ participó en el secuestro y el crimen de los trabajadores de este Diario, si alias ‘Weiner’ es el encargado de las finanzas del Frente armado Óliver Sinisterra, ¿por qué no se les puede extraer información ahora que están presos?
Entonces, surgen dudas como estas: ¿Los capturados efectivamente son del círculo íntimo del narcotraficante ‘Guacho’? ¿Los servicios de investigación han agotado todos los recursos para obtener datos?
Por ahora, los dos países únicamente han señalado al Comité Internacional de la Cruz Roja, como el responsable de “direccionar la ubicación de los cuerpos”. Pero también han dicho que este organismo internacional “busca la manera de que estos criminales entreguen las coordenadas”. Las familias han cuestionado esta posición y con toda razón han señalado que la Cruz Roja es un ente humanitario que ayuda a coordinar el traslado de los cadáveres en la medida que tenga información de los dos gobiernos.
Delegados del Comité están en el país y han expuesto al público que la recuperación de los restos es prioridad número uno para este ente.
Que así sea y que Ecuador y Colombia colaboren con todo lo que esté dentro de su competencia. Por ahora, la deuda para con los familiares es grande y lo único que se entregará hoy es el auto en el que se movilizaban Javier, Paúl y Efraín, y las maletas halladas en el hotel.
Que las autoridades no dejen en el olvido este caso ni el de Óscar Villacís y Katty Velasco, plagiados por terroristas. Es imprescindible que ministerios como el de Justicia no pierdan la comunicación con los parientes de los periodistas. Ellos necesitan que el caso se aclare.