El presidente electo Guillermo Lasso visitó las instalaciones de Diario EL COMERCIO. La visita de cortesía tuvo además una entrevista del nuevo mandatario con los editores Jorge Imbaquingo y Mónica Orozco, sostenida en vivo y replicada en la edición impresa de ayer.
Guillermo Lasso hizo varios anuncios destacados, como el nombramiento de Simón Cueva Armijos, como ministro de Economía, quien ya hace importantes gestiones con los multilaterales, que bien conoce y que todos esperamos que sean fructíferas.
La idea de aprovechar la estructura de los recintos electorales para adelantar las jornadas de vacunación que anunció en EL COMERCIO y que fue recogida por varios medios, fue inmediatamente contestada con buena predisposición del CNE.
Otro aspecto que quiso enfatizar es la idea de formar una comisión de lucha contra la corrupción de carácter internacional, pero que funcione y se logre recuperar el dinero robado.
Una tarea inmensa está en el terreno de la seguridad integral. Los casos de sicariato y la presencia de bandas criminales y narcotráfico exigen acciones severas, limpieza de conducta y cooperación internacional.
Hay varios aspectos que en el relato periodístico muchas veces no trascienden, y que cabe apuntar. Guillermo Lasso se mostró amable, distendido en la conversación y en la entrevista, seguro de sus convicciones y abierto a la realidad de un país diverso y una economía en crisis que requiere de ese encuentro, que formuló en la contienda y sin el cual toda tarea sería imposible.
Es verdad que desde el país soñado o deseable al posible hay distancias pero el reto colosal lo viene persiguiendo Guillermo Lasso con vehemencia y es la hora de aportar para que el Ecuador cambie.
El cambio es de cultura democrática, de respeto a las instituciones, de convicción por la libertad de prensa y opinión, por dura que sea la crítica, de mantenerse al margen de los fallos judiciales y respetar a la Justicia y someterse al escrutinio de la opinión pública para rescatar la esencia del estado de derecho y las libertades. Es una tarea difícil y hay que convivir con distintos puntos de vista y gobernar para todos.
El debate lleva a consensos y muchas veces hay disensos; debe cultivarse la discrepancia civilizada y la discusión profunda.
Hace pocos días tomó una decisión política positiva. Empezar designando al gabinete social. Hay nombres de trayectoria parlamentaria respetable y hay otras figuras no conocidas. Muchas recibieron críticas. Es el caso de la ministra de Educación, se conoce que es una técnica formada, que trabajó en la administración de los primeros años del gobierno de la Revolución Ciudadana. Su hoja de vida está a la vista y parece una equivocación querer descalificar a todas las personas que tuvieron que ver en cargos públicos de un gobierno al que votó en 2006, 2009,2013 y 2017 la mayoría de la gente, y que el 47% de ecuatorianos votó esta vez, mas allá de las evidencias autoritarias, la satrapía y la corrupción de la cúpula ya condenada.