Monseñor Julio Parrilla

La guerra de nuestro siglo

Algunas personas me han pedido que me explaye más en el tema de “la Tercera Guerra mundial”. Retomo el tema del pasado 26 de febrero, pues los enfoques pueden ser muy variados. Y vuelvo a insistir en las palabras del Papa Francisco, sin duda dolido y defraudado por la guerra que se libra en Ucrania, sobre la guerra global, un capítulo más de una contienda generalizada que hoy amenaza a todo el planeta. Las palabras del despiadado líder de Al Qaeda, Abu Musab, “la chispa ya se convirtió en fuego y el incendio se propagará más y más” son hoy una triste y peligrosa realidad. Sin duda que se trata de una guerra muy distinta de todas las que se han librado hasta ahora. La confrontación entre occidente y el mundo islámico forma parte del conflicto global.

La guerra de nuestro siglo no tiene un único campo de batalla o una única motivación, territorial, ideológica o religiosa, sino, simple y llanamente, una motivación de poder. Y, por lo tanto, de valores. Cuando Al Qaeda derribó las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre del 2001 su objetivo no era apoderarse de algo tangible o hacer más pobre al enemigo. El ataque fue dirigido contra algo intangible: los valores occidentales, representados por el capitalismo, la democracia, los derechos humanos, el pluralismo y la libertad religiosa. Los miles de muertos civiles dejaron en evidencia la radicalidad del odio.

No deja de ser curioso que muchos terroristas inconformes con la cultura occidental son “lobos solitarios”, personas que han crecido al amparo de una sociedad con la que están radicalmente inconformes. ¿Cuáles serán las nuevas estrategias? Comprenderlas se vuelve difícil en este fuego cruzado entre norte y sur, este y oeste.

Lo que nos toca a quienes optamos por la paz es cuidar La cultura del encuentro y del diálogo. Ojalá que los cristianos asumamos esta responsabilidad desde los paradigmas evangélicos que Jesús dejó al mundo. Más allá de las estrategias, los políticos tendrían que promover el valor de la paz sembrándola, especialmente, en la conciencia humana.