Por coincidencia, cuando se debate en la Asamblea Nacional el cuestionado proyecto de Ley de Comunicación, un agilísimo juez suplente de Guayas condenó a los tres principales directivos de Diario El Universo y al ex Editor de Opinión, autor de un artículo publicado el 6 de febrero, a tres años de prisión y al pago de una indemnización de 40 millones de dólares al economista Rafael Correa.
Esta insólita sentencia constituye un nefasto precedente y tiene una serie de aristas, que llaman a profunda reflexión: el Presidente planteó querella penal contra los directivos del diario porteño y contra Emilio Palacio por el artículo ‘No a las mentiras’. Exigió que el periódico rectifique las expresiones que considera injuriosas, para retirar la acusación. Cuando los personeros del Diario le manifestaron que estaban dispuestos a publicar el texto que les envíe, en el lugar y espacio que estime convenientes, ya que ellos no podían rectificar por su cuenta las opiniones firmadas por un columnista, no aceptó; dijo que ya era tarde.
El Juez temporal de Garantías Penales que sustanció el juicio contra El Universo, en 33 horas tomó posesión, sustanció la audiencia de juzgamiento, revisó el expediente de más de 5 000 páginas, redactó la sentencia de 156 cuartillas, notificó a las partes y se retiró del cargo. Un récord para Ripley.
Los abogados de los querellados anunciaron de inmediato que apelarán a las instancias superiores, aun internacionales. También los del Presidente manifestaron que apelarán porque consideran insuficiente la indemnización.
De inmediato surgieron, en forma espontánea, diversas voces de rechazo, que recogen el sentimiento de la ciudadanía consciente. Así, el fundador de Alianza País y ex presidente de la Asamblea Constituyente, Alberto Acosta, comentó: Es una expresión del autoritarismo, de la intolerancia, una nueva agresión a la libertad de expresión; el asambleísta César Montúfar dijo: Es otro acto miserable de Rafael Correa, una sentencia oprobiosa; Gonzalo Marroquín, presidente de la SIP: Es un grave zarpazo a los más esenciales principios de la libertad de información.
El Universo publicó en su primera página del jueves último tan solo un fragmento de una publicación de Ayn Rand, novelista y filósofo ruso, estadounidense, que entre otras cosas dice: “…Cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada”.
¿Si esto ocurre ahora, qué pasará cuando se meta desembozadamente la mano en la justicia…?