La frase encierra al menos, un doble sentido. Puede llevarnos a pensar en un famoso programa de radio y televisión en EE.UU.
También – y es mi caso – puede re alimentar en los resquicios de la memoria los cálidos pasajes de una entretenida novela del colombiano David Sánchez Juliao, publicada en 1988 (20 años, ¡parece mentira!).
Cada mañana el protagonista del relato, un locutor de radio de una zona tropical de Colombia, saludaba a su audiencia de ese modo, prolongando la pronunciación de la letras m y e, para darle un tono sonoro y rimbombante.
Los vecinos del pueblo pensaban en la actitud presumida del conductor del programa matutino, a sabiendas de que la señal acaso recorría unas pocas cuadras del caserío y con fortuna llegaba a alguna vereda próxima, simulaban una señal continental.
Pero el locutor de voz engolada en realidad saludaba su programa así, ya que estaba perdidamente enamorado de una joven que le cautivaba y daba su grito de guerra mañanero, como el canto del gallo, con muchos vigor y amor y transmitido por radio, en su cotidiano mensaje cifrado. Un mensaje que escuchaban todos pero que tenía una sola destinataria elegida.
La parrafada que antecede da pie para comentar lo que fue el tema de conversación referente a la página de la sección Mundo de EL COMERCIO de este jueves.
Es un mapa de esta América dada al cuerno con varias noticias que refieren al poder político y a sus enredos en el manejo de los recursos propios, pero especialmente de los ajenos ( amigos de lo ajeno les dirían).
Abre el despliegue la foto de un decrépito Fujimori. Es el retrato de aquel personaje que selló la paz con Ecuador – pronto hablaremos del aniversario – el mismo que frenó el azote del terrorismo y que para ello abusó de la fuerza y violó los derechos humanos. Le quitaron el indulto que le dio el ex presidente PPK y fue a la clínica descompensado. Es el mismo personaje que luego de haber estabilizado al Perú, se hundió en las aguas emporcadas del siniestro Montesinos y sus métodos de corrupción y espionaje. Tétrico final de aquel de la foto.
A su lado – en otra noticia – está el rozagante y arrogante Trump ensayando alguna explicación sobre la investigación del New York Times sobre la fortuna de su padre, calificándola como noticia falsa.
Unas líneas más abajo está la familia Kirchner (como los ‘Munsters’ de la serie de TV, cualquier parecido no es coincidencia). Muy risueños ellos. La estatua de Néstor todavía nos saluda burlona desde la Mitad del Mundo. Cristina, Maxi y Florencia pronto deberán responder ante la justicia por los millones de su inmensa fortuna.
Y cierra la página otra nota no menos decidora. El congelamiento de los bienes por un monto USD 17 millones de las cuentas del dictador chileno Augusto Pinochet .
El militar, que tanta muerte causó durante el Régimen de facto, no se salva de la vindicta pública ni aunque esté en la tumba.
‘ Buenas noches, Ammméeerica’