De todos los problemas urgentes que debe resolver el Gobierno: desempleo, inseguridad, abultado déficit fiscal, desnutrición infantil, etc., la crisis financiera del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) ha quedado en un segundo plano, pese a que era uno de los tres sectores que requerían reformas estructurales de manera inmediata.
Durante la transición del gobierno anterior al actual se señaló que los cambios estructurales que necesita el país se podían enfrentar a través de tres reformas clave: tributaria, laboral y a la Seguridad Social. De ellas, el actual Gobierno ha priorizado las dos primeras, dejando para más tarde un cambio profundo en el IESS, pese a que lleva seis años comiéndose sus ahorros para pagar sus obligaciones con los afiliados.
Durante el presente año, el Gobierno solo ha cumplido con el pago de atrasos de años anteriores. De acuerdo con la proforma 2021, los recursos para el IESS sumarán USD 1 473,97 millones, un monto que no considera aportes para el fondo de salud ni la totalidad del aporte de los seguros de riesgo del trabajo y del seguro campesino, que también son obligaciones del Estado.
El IESS necesita en este año USD 2 100 millones, pero solo se asignará un 70%.
El mismo problema se repetirá el próximo año. Según los requerimientos del IESS, el Estado debe aportar USD 2 796,8 millones para que se pueda pagar completas las pensiones y atenciones médicas de afiliados y jubilados. Sin embargo, el Gobierno ha presupuestado 1 585,6 millones, según consta en la proforma 2022, enviada a la Asamblea y que se encuentra en trámite de aprobación.
Y como ha ocurrido en años pasados, la diferencia entre lo que necesita el IESS y lo que recibe del Estado se seguirá cubriendo con los ahorros de los actuales afiliados. Esta práctica es insostenible, ya que significa que las reservas del IESS se irán reduciendo cada año. Y sin reservas no habrá plata para pagar las pensiones en el futuro.
También hay deudas del Estado con el fondo de salud del IESS, las cuales no han sido cubiertas desde el 2002, pese a que la Contraloría dispuso que sean pagadas.
Para llegar a un acuerdo se han formado mesas técnicas, pero estas llevan años trabajando sin que se concrete una solución.
Ahora, hay que estar claros que el problema estructural del IESS no se resuelve si el Gobierno paga sus obligaciones. El modelo de seguridad social vigente funciona si hay más jóvenes que aporten para pagar las pensiones de los jubilados. Sin embargo, la población ha venido cambiando y cada vez hay más jubilados y menos jóvenes.
Otros estudios señalan que la insostenibilidad financiera del IESS también se explica porque los pensionistas reciben cinco veces más de lo que aportaron durante su vida activa como trabajador.
Estos diagnósticos sobre el IESS se vienen haciendo desde hace varios años, pero falta concretarlos en una reforma a la seguridad social. Eso será un reto para la sociedad ecuatoriana, cortoplacista, porque para salvar al IESS hay que pensar a largo plazo.