En medio de las fiestas de Quito, la banca dio a conocer varias resoluciones emitidas por el Gobierno en los últimos días, a las cuales calificó de perniciosas y peligrosas.
Esas resoluciones cambian, entre otras cosas, las reglas para el manejo de la liquidez de la banca que, en última instancia, proviene de los depósitos de los clientes.
Las Asociación de Bancos solicitó públicamente que se deroguen esas resoluciones porque pueden profundizar la recesión económica del país. Las autoridades no han respondido, lo cual muestra cómo va la relación entre el Gobierno y los banqueros.
La falta de explicaciones técnicas sobre temas que comprometen los depósitos de la gente no solo genera incertidumbre en un sector que necesita confianza, sino que se presta para lanzar varias hipótesis.
Una es que el Fisco necesita efectivo de manera urgente. Las resoluciones deben aplicarse este mes, cuando el Fisco requiere más liquidez para cancelar el decimotercer sueldo a los servidores públicos.
El Gobierno decidió elevar el encaje bancario del 2% al 5% para las instituciones con más de USD 1 000 millones en activos.
Eso significa que esos bancos deberán tener congelados más recursos en el Banco Central, una entidad que se ha caracterizado por inyectar al Ministerio de Finanzas toda la liquidez que pueda. Hasta fines del mes pasado tenía prestado USD 4 157 millones al Gobierno, cuando el año pasado decía que no superaría los 800 millones.
Otra resolución del Gobierno prohíbe a las entidades del sector público no financiero mantener depósitos e inversiones en el exterior, a menos que tengan autorización expresa. Si no la tienen, que es lo más probable, esas instituciones deberán traer esos recursos hasta finales de este mes y ponerlos en el Banco Central, que ya se sabe cómo funciona.
Y para que la liquidez en el mercado interno no se vea muy afectada, otra resolución obliga a los bancos grandes a repatriar parte de sus recursos en el exterior. Fin de la hipótesis.