32.700 millones de dólares fueron las exportaciones del Ecuador en el año pasado. Un récord desde cualquier punto de vista. Son tan altas las exportaciones que superan a las importaciones que en el año pasado también impusieron un récord.
Claro que esta buena noticia abre la pregunta de por qué una evolución tan positiva no se siente en la totalidad de la economía del país.
Las exportaciones del 2022 superan a las del año anterior en más de 20%, Y el 2021 ya había sido un año récord, de manera que lo que ocurrió el 2022 está por encima de cualquier cosa que haya ocurrido en el pasado. El buen desempeño de las ventas al resto del mundo se lo debemos a la excelente evolución de las exportaciones no petroleras. En realidad, el 2022 fue un buen año para el petróleo, pero está lejos de ser un récord en ese producto.
En las exportaciones no petroleras, hubo aumentos importantes en camarón (que llega a superar los 7.000 millones), flores (que se acerca a los 1.000 millones) y en minería que, con 2.800 millones supera hasta las expectativas más optimistas.
Quizás vale aclarar que esas son exportaciones de la minería formal y que fueron reportadas al Banco Central. Parece imposible saber cuánto fueron las exportaciones minera informales (y cuánto de ese se fue en pagar coimas, mantener mafias y otras cosas todavía más feas).
La aparente contradicción entre exportaciones que se disparan y una economía que está creciendo muy poco se explica porque la mayor parte de sectores exportadores en el Ecuador están poco entrelazados con el resto de la economía y, con pocas excepciones, no suelen crear mucho empleo.
Pero el espacio de optimismo está justamente en buscar revertir eso. En otras palabras, en tomar conciencia que el Ecuador si puede competir con el resto del mundo y ser exitoso en eso y, obviamente, en tratar de que más sectores se conecten con el resto del planeta.