El fraile dominico José Carlos Tuárez se halla a la cabeza del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs). Aunque cuente con permiso por un año para vivir fuera del convento, no se halla eximido de los votos de obediencia, ni de los demás, como el de pobreza: no puede tener propiedades, cuentas bancarias, activos, ni patrimonio alguno, según recuerda una crónica de EL COMERCIO del pasado sábado. Sin embargo, en declaración juramentada, Tuárez aseguró que poseía un patrimonio de USD 372 000.
Así como al músico le queda el compás, a fray José Carlos le siguen guiñando el ojo las pericias de su estado, aunque no vista los hábitos de la orden y sí se exhiba con alzacuellos clerical. Eso explica su oferta de expulsar demonios: “Vamos a exorcizar al país de sus males y limpiar su alma”, proclamó.¿Qué fuerzas malignas se aprestará a echar? Si empieza por la mentira, debe correr traslado a la Asamblea Nacional, como corresponde en un Estado laico, el examen de los documentos presentados para ser candidato a vocal del Cpccs.
El superior de la orden de Santo Domingo le había aconsejado enmendar su hoja de vida “porque tenía muchas fallas en fechas y cargos”. Fray José Carlos obtuvo una licenciatura en la Facultad de Teología de San Esteban en Salamanca, pero no ocupó allí cargo alguno. El voluntariado en hospitales y hospicios de Guayaquil fue parte de sus tareas sacerdotales y labor remunerada. Colaboró en una radioemisora de Baños de Agua Santa, pero no se desempeñó como su director. Estos y otros “errores” en la hoja de vida reseñó el superior en la crónica mencionada.
Enrique Pita, vicepresidente del CNE, denunció también que Tuárez se desafilió del partido Socialista en agosto de 2018. Incumplió la condición para ser candidato al Cpccs de no ser afiliado a partidos políticos en los cinco años anteriores.
La elección directa y universal de consejeros antes que resolver los males de la absurda institución, los agravó. Una muestra es el caso de Tuárez: de los más de 10 millones de votos en las elecciones, obtuvo solo un 7, 11%. El 43,68% de votantes anuló la papeleta o la dejó en blanco. ¿Qué representación social ostenta en realidad?
Durante la década correísta, el Cpccs fue instrumento para concentrar el poder y asegurar al régimen autoridades de control sumisas y sin independencia, con ojos cerrados y complicidad hacia la corrupción. Los nuevos consejeros deberían esforzarse por continuar la honrosa tarea del organismo transitorio presidido por Julio César Trujillo y sumarse a la lucha contra la corrupción. Esta sería una forma concreta de limpiar el alma del país. Para eliminar la entidad y mantener lejos a quienes la hicieron posible y medraron de ella, fray José Carlos hasta puede ensayar sus anunciados exorcismos…