¿Es necesaria la evaluación en educación? Sí. Pero depende de qué evaluación. Si es para aprender y avanzar… vale la pena. Si es para meter miedo y controlar… No. Este fue y sigue siendo, un “recurso” represivo de los pésimos profesores para “disciplinar” una clase dispersa. “¡Ah!… no hacen caso…papel y lápiz…prueba…Verán cómo llueven los ceros… ¡desatentos!”.
El Instituto Nacional de Evaluación (Ineval) quiere saber cómo va la calidad de la educación. Evaluará a los docentes: sus conocimientos sobre la materia que imparten y sus capacidades pedagógicas y de liderazgo. Sin embargo, para que esta evaluación sirva de algo y no sea para justificar los sueldos de los altos funcionarios mexicanos del Ineval; y no sirva para crear miedo, debería reorientarse el mentado ejercicio.
Si se quiere saber sobre los conocimientos de los profesores en las asignaturas que dictan, lo primero es conocer si recibieron actualización adecuada en tales materias. Si no es así, el ejercicio es inútil. Usted, si es profesor ¿tomaría una prueba, de algo que no ha enseñado? No, ¡Elemental!
Digamos que el Ministerio de Educación (MinEduc), en estos años, pagó millones en capacitación docente. Entonces, el capacitador, universidad o el MinEduc, debería exhibir los registros de las notas obtenidas por los profesores en esos cursos. Entonces, el Ineval, antes que tomar un examen universal, debería hacer un estudio de esas notas y presentarnos un informe sobre el nivel de conocimientos de los maestros y sobre la calidad de los cursos recibidos. Con esto se ahorraría cientos de miles de dólares, tan necesarios en este momento de crisis fiscal.
Para evaluar las capacidades pedagógicas de los maestros, se debe investigar también las condiciones materiales y psicológicas en las que se desarrollan esas capacidades. Corre información sobre aulas con 40, 50 o 60 estudiantes en muchos establecimientos. Un profesor, cansado, generalmente daría clases a varios cursos, sumando un número abultado de alumnos, entre 100 y 200, o más. Además se pasa llenando formularios. De ser esto cierto, ¿Se puede, por ejemplo en historia, crear pensamiento crítico en los chicos? ¿Calidad de la educación? No.
Entonces, luego de dos evaluaciones malas, ese docente perdería su puesto en el magisterio. Así lo registró El Comercio (9/3/2016) de las declaraciones del MinEduc: “Aprobarán los que saquen más de 600/1000. Y reprobarán los que tengan una nota inferior a ese puntaje. Ese grupo de maestros podrá rendir la evaluación otra vez, pero si la vuelve a fallar será destituido de su puesto”. Resultado: control y miedo en crisis económica y año electoral. ¿Cómo enseñar con terror?
¿Es necesaria la evaluación en educación? Sí. Pero, por ahora, del Plan Decenal 2007-2015, del Ineval y de la calidad del gasto educativo.