El país se sorprendió con un proceso de venta del que todavía surgen muchas interrogantes. Ecudos era el ingenio azucarero que se consideraba como la “joya de la corona” de todos los bienes que la AGD se incautó del Grupo Isaías.
Resulta que las primeras valoraciones del ingenio hablaban de USD 238 millones. En un proceso sin competencia, llevado a cabo a puerta cerrada, una empresa vinculada con un poderoso grupo empresarial peruano: Gloria, se hizo del 70% de acciones de Ecudos.
Pagará tan solo el 10% en efectivo y el resto lo financia con un préstamo de la Corporación Financiera Nacional, concedido a un plazo de 15 años y con un interés del 5%, menor de aquel que pagan los clientes del banco del Seguro Social y muy inferior a los empréstitos que el Ecuador contrató con la China, que superan el 7%.
Desde la CFN se defiende la operación argumentando que era una manera de colocar los certificados de pasivos garantizados (CPG) que tenía en abundancia y sin posibilidades ciertas de cobro, pero la operación no deja de ser llamativa y merece un seguimiento puntual y un esclarecimiento ante la opinión pública.
Muchas empresas ecuatorianas también se preguntan cómo podrían acceder a créditos en similares condiciones a aquellas concedidas al grupo extranjero, y si acaso los recursos de la Corporación Financiera Nacional existen para fomentar un negocio considerable para grupos de capitales internacionales.
Los personeros de la AGD justifican la venta en atención a que procesos de subastas anteriores carecieron de oferentes y a la supuesta liquidación que se emprendería a los acreedores de Filanbanco, que desde hace años esperan resarcimiento. Un caso que vale la pena mirar con lupa.