En marzo de 2016, Twitter cumplió una década de funcionamiento. Los medios de comunicación celebraron el cumpleaños con publicaciones de cómo la red social del pajarito celeste había cambiado al mundo. Los análisis iban alrededor de la forma en que los mismos poderes políticos habían mutado sus mecanismos de comunicación y la forma cómo (de alguna manera) la opinión pública se ‘elevaba’ a la calle virtual. Asimismo, se asombraban al ver a las estrellas del Olimpo del espectáculo codeándose con sus seguidores con trinos de 140 caracteres y que se expandían viralmente.
El primer trino se tuiteó el 21 de marzo de 2006, a las 15:50, por el usuario jack (Jack Dorsey), uno de los cofundadores de la plataforma. Tres años más tarde, y como ahora ya se analiza en las aulas de las carreras de comunicación, el tuit que trizó las viejas visiones del periodismo fue el de la foto del avión del vuelo US Airways 1549 que aterrizó en el río Hudson. La noticia de última hora ya no estaba en los medios tradicionales. En esos primeros 10 años también ocurrió, en 2011, la ‘Primavera Árabe’ en Egipto, Túnez y Libia. Los mensajes de protesta de la población corrieron como pólvora en Twitter y los gobiernos se asustaron.
Millones de trinos y experiencias han pasado hasta ahora. La red se ha convertido en el país en un ‘depósito de contenido tóxico’, mensajes de odio y donde se dicen muchas cosas que quedan en la impunidad. Indudablemente, se generan también tuits que ayudan e informan; pero -por momentos- lo bueno parecería una minoría dentro de una mayoría sumida en debates que no contribuyen a generar realmente cambios.
Desde hace dos semanas, EL COMERCIO emprendió una tarea compleja: Twitter pude ser una red sana: ‘Por un Twitter no tóxico’. Hemos realizado dos Spaces para debatir sobre política, que finalmente es el tema que aviva la red, pero en un espacio de respeto; tan necesario ahora mismo. Estos foros y debates entre tres panelistas se abren para que otras voces hagan preguntas. ¡Es lo lindo de Internet!Las propuestas siempre aparecen y se viralizan cuando son buenas o cuando generan ruido.