Israel teme que el plan nuclear de Irán pueda significar que se convierta en una potencia bélica. El presidente Mahmud Ahmadinejad ha dicho que el Estado de Israel debe desaparecer. Esa ha sido una tesis del fundamentalismo del Régimen teocrático, que gobierna Irán desde la caída del sha Mohamed Reza Pahlevi, quien había iniciado en la década de los sesenta el programa nuclear.
Las amenazas y la tensión prebélica suben de tono. El jefe del Estado Mayor de Israel, Benny Gantz, dijo que “todo aquel que piense que puede eliminar a Israel o intente dañar al Estado descubrirá la fuerza mortal del Ejército israelí”. Mientras tanto, el ayatolá Seyed Ali Jamenei proclama: que “las potencias hegemónicas han recurrido a toda su capacidad para obligar a Irán a doblegarse y, en tal situación, el Gobierno tiene que hacer uso de todo su poder y capacidad para continuar el proceso de desarrollo y traer abajo la falsa ilusión de los enemigos”, según el medio oficial HispanTV. Irán celebra ahora la Semana del Gobierno, copando el espectro mediático de una prensa que dirige sin cabida para la crítica.
En Occidente, la visita del Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, para asistir a la cumbre de los No Alineados que va a celebrarse el próximo domingo, en Teherán, despierta recelos.
Sin dudas el Régimen iraní aprovechará la conferencia para desviar la atención de sus crímenes contra su propia población, además de las aspiraciones ilegales a conseguir armas atómicas, según Iliana Stein, portavoz del Ministerio del Exterior israelí.
La situación geopolítica del país persa, conflicto sirio de por medio, se agudiza. Ecuador incrementa sus relaciones pese a las voces de advertencia. Es una relación peligrosa.