Hace dos años abrió sus operaciones el Aeropuerto Mariscal Sucre en su nuevo emplazamiento de Tababela.
La nueva pista y terminal se encuentran en el oriente de Quito, cercana a las poblaciones de Yaruquí, Pifo, Puembo y El Quinche. La vieja pista es hoy un parque municipal bautizado Bicentenario.
El sitio elegido por la Dirección de Aviación Civil lo fue hace muchos años (décadas) y su ubicación no estuvo exenta de polémicas. Siempre se adujo que los fuertes vientos y las neblinas de la zona pudieran ser impedimentos para los vuelos.
De hecho hoy en día esas consideraciones son las que más cierres operativos causan. Empero, la visibilidad de la pista y el cierre por condiciones climáticas es menos grave que cuando la pista se encontraba enclavada en Quito. Las estadísticas de un reportaje que publicamos hoy en la página 2 así lo ponen de manifiesto con claridad.
Mientras en el año 2013 se produjeron 124 cierres operativos, en 2014 se registraron 63. En este año 2105, y pese a la fuerte temporada invernal, la pista no ha podido ser utilizada apenas en 13 oportunidades.
Es verdad que la neblina de la mañana, que sube de las quebradas circundantes, amenaza en horas críticas en las que aterrizan y despegan muchos vuelos (hasta 20 en esas horas cada día). Pero los números exhiben menos problemas que antes.
Lo importante en cualquier caso es que la autoridad aeronáutica, cada vez con mejor y más precisa ayuda tecnológica, preserve la seguridad de los pasajeros.