La noticia conmueve, espeluzna, el presunto nexo entre un grupo de militares ecuatorianos con la banda delictiva y terrorista liderada por alias ‘Guacho’, obliga a una reacción nacional.
Es verdad que no sería la primera vez – ni tampoco desafortunadamente la última- que personas que porten uniformes y pertenezcan a las fuerzas del orden se vean involucradas en actos que les incriminan.
Por ahora se espera el avance de las investigaciones fiscales y de ser verdad las presunciones que incitan la indagatoria y la posible culpabilidad, todos los responsables deben pagar cara su afrenta -con todo el rigor de la ley- . Está de por medio la dignidad de las fuerzas del orden, la indispensable recuperación de una imagen institucional de varias instancias de la función pública deterioradas por el juego político y la corrupción.
Las afirmaciones al más alto nivel de una permeabilidad en la estructura de los entes llamados a preservar la seguridad, el orden y la soberanía, penetradas, como el propio Presidente lo calificó hace poco.
Se sabe los alcances de los grupos delictivos, ellos no se detienen ante nada y los tristes ejemplos de Colombia y México deben ser lecciones a aprender para evitar que se multipliquen en el país. Jueces, fiscales, policías, militares y periodistas han sufrido el embate de la violencia criminal. El sector público ha visto sus estamentos paulatinamente inoculados del dinero mal habido,víctimas de amenazas, violencia y muerte.
El Ecuador debe emprender en una limpieza a fondo, para que todas las instituciones se vuelvan impenetrables y para llevar adelante esa tarea los dirigentes políticos con altas responsabilidades públicas, los mandos militares y policiales y toda su estructura, todos los estamentos de la justicia recibirán el reconocimiento general de la sociedad.
Para cuidar la integridad territorial, para precautelar el orden, para que los habitantes de las provincias que sufrieron el embate de la violencia y la muerte en los primeros meses del año se sientan protegidos, la tarea es dura pero a ella convoca hoy la patria. Depuración, seguridad y paz.