Pese a la poca apertura a contactarse con los medios de comunicación privados que estarían prestos a emprender en tareas informativas de prevención, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos elaboró un mapa de riesgos de sismos y de tsunamis.
Riobamba y Ambato, muy importantes en la Sierra Central, están -de acuerdo con este dato oficial- en zonas de alta vulnerabilidad. Además de las capitales de las provincias Chimborazo y Tungurahua, otras ciudades de Pichincha, Imbabura y Bolívar presentan alto riesgo.
Riobamba soportó el 4 de febrero de 1797 un terremoto que destruyó buena parte de la ciudad y mató a la mitad de su población. La historia reciente registra la fecha 5 de agosto de 1949. Fue el terremoto de Ambato, de 6.6 en la escala de Richter, también devastador para varias poblaciones de Tungurahua.
Ambas ciudades se encuentran asentadas sobre un enjambre de fallas sísmicas con altas probabilidades de temblar. Lo grave es que las estimaciones hablan de un 70% de construcciones frágiles.
Las normas de construcción y sismorresistencia no se aplican con el rigor que se debería.
La capital muestra un inventario de construcciones vulnerables también demasiado alto: el 60% de casas no resistiría un sismo de gran magnitud. Hace dos años, después de las tragedias de Chile y Haití, se organizaron seminarios y se convocó a expertos. Reforzar todas las edificaciones es casi imposible. Pero hay que empezar por imponer normas severas para las nuevas construcciones, de acuerdo con las más modernas técnicas y contar con especialistas y asesores extranjeros. Las autoridades del país y las ciudades deben empeñarse en la tarea. Los medios pueden emprender campañas de prevención. Es cuestión de vida o muerte.