La semana que pasó trajo buenas noticias en cuanto a la apertura a la inversión de Estados Unidos y los proyectos para lograr nuevos acuerdos de comercio.
Sin embargo, aún se espera el plan económico, y mientras se trata en la Asamblea un proyecto de reformas para incentivar la inversión, hay grandes retos que todos los sectores deben afrontar de modo responsable.
Para los empresarios, el desafío es sostener las promesas de inversión por más de USD 4 000 millones en grandes rubros como alimentos y bebidas, servicios y tecnología, construcción de plataformas comerciales, entre otros.
Todo ello está encaminado a crear miles de plazas de trabajo que permitan superar el desempleo y el subempleo, desde las grandes empresas, pero también desde las medianas y pequeñas. En los sectores laborales hay reparos en cuanto a eventuales efectos de la flexibilización que habrá que debatir.
En la inversión, el compromiso de la industria nacional es importante. Luego de la apertura oficial y de la nueva valoración del aporte privado, el sector debe apostar por el país de modo claro.
Hay, empero, resquemores sobre una apertura que afecte a la industria local.
En cuanto a la inversión extranjera, la seguridad jurídica, la situación de la denuncia de los tratados de protección de inversiones y la propiedad intelectual preocupan y de momento frenan a las grandes empresas. El camino no es fácil, pero los empresarios deben recorrerlo sin pausa, pensando en el futuro.