Un acto político congregó el sábado último a varios de los dirigentes de Izquierda Democrática (ID) y los juntó con las figuras jóvenes que tratan de remozar al partido borrado de los registros.
Rodrigo Borja, fundador y dirigente histórico del partido naranja, quien fuera presidente del Ecuador entre 1988 y 1992 y candidato presidencial por cinco ocasiones, hizo un paréntesis a su largo silencio y pronunció un discurso que levantó fervor entre antiguos partidarios.
La ID nació como un movimiento definido como socialismo democrático y acogió a disidentes del Partido Liberal. Participó así en las elecciones seccionales de 1970, y consiguió la Prefectura de Pichincha con Álvaro Pérez.
Tras un paréntesis de dos gobiernos militares, con el Plan de Retorno logró su inscripción partidista y la primera candidatura de un binomio presidencial: Rodrigo Borja con Raúl Baca -dirigente fallecido en 2014-. Borja llegó a la Presidencia en 1988, al tercer intento.
El agotamiento del sistema de partidos -nacido con el retorno a la democracia en 1979- era una realidad cuando apareció en el horizonte Rafael Correa. Durante sus ocho años de gobierno, partidos tradicionales como la ID, Democracia Popular, el populismo de CFP, el PRE y el MPD han sucumbido. Solamente pervive el Partido Social Cristiano pero casi únicamente con tinte provincial.
Es tiempo de movimientos, eslogan que sustituyó a la idea de que una democracia es imposible sin partidos. En ese escenario, la ID intenta llenar un vacío.