El cruce de acusaciones y epÃtetos en los últimos dÃas entre las principales funciones del Estado revela una tensa relación y pone de relieve el estancamiento en el que pueden caer los temas de mayor interés nacional.
En el contexto de las actividades programadas por la celebración de un aniversario más de la Independencia de Guayaquil, el Primer Mandatario exteriorizó duras crÃticas al proceder legislativo frente al tratamiento dado al proyecto de Ley de Creación de Oportunidades.
Esa iniciativa no fue debatida por los legisladores y en una de las instancias de la Asamblea se tomó la decisión de devolverla al Gobierno.
Con base en estos procedimientos amparados en la normativa, la titular de la Función Legislativa exigió respeto y demandó la corrección de los errores de fondo y forma en el texto de la propuesta gubernamental.
Por ahora el futuro de esa iniciativa está rodeado de incertidumbre. Y el paÃs está pendiente tomando en cuenta que serÃa una herramienta que permitirÃa generar más empleo.
Sin embargo, la tensión no solo se manifiesta en ese proyecto de reforma legal. La reciente decisión de emprender una investigación en la Asamblea, alrededor de la difusión de los denominados Pandora Papers, también se suma a esa incómoda situación de ambos poderes.
El Pleno resolvió que sea la Comisión de GarantÃas Constitucionales la encargada de promover el análisis de la información que allà se ha difundido y que se relaciona con la situación de empresas ‘off-shore’ en paraÃsos fiscales y en donde habrÃa invertido el Mandatario. Él ha dado sus explicaciones públicas y para este lunes tiene previsto reunirse con la Comisión de Fiscalización.
Por ahora, estos dos temas son los que mantienen una incómoda relación Ejecutivo-Legislativo. No obstante, la crisis carcelaria podrÃa sumar otro elemento de controversia.
Ante todo ello, el paÃs espera un tratamiento transparente y objetivo a la investigación que realizará la Asamblea. No está de más esperar que se busquen mecanismos, para promover el diálogo y la gobernabilidad.