Con la reincorporación a las filas policiales del coronel César Carrión se cierra un capítulo de la historia reciente. Desde el mediodía de ayer es Subdirector de Bienestar Social de la Policía Nacional. Durante los sucesos del 30 de septiembre del 2010, cuando se produjo la rebelión policial y la retención del Presidente de la República, en un hecho de amplio conocimiento público, el coronel Carrión se desempeñaba como Director del Hospital de la Policía.
El sitio es colindante con el Regimiento Quito, lugar donde se protagonizó la revuelta a la que acudió el Mandatario. Desde allí encontró refugio en la casa hospitalaria y permaneció hasta la noche, cuando un operativo militar que dejó víctimas sacó al Jefe de Estado del hospital.
Tras los sucesos violentos, en los días posteriores el coronel dio declaraciones a la cadena internacional CNN. Allí explicó su participación aquel día, al abrir el candado de la puerta que une el hospital con el regimiento. Su versión fue cuestionada duramente por el propio Presidente, quien en una de sus habituales cadenas sabatinas pidió juicio y sanción para el oficial.
En un proceso que la opinión pública siguió, Carrión fue absuelto en todas las instancias. Sin embargo quedó pendiente su incorporación a la Policía, lo cual finalmente sucedió ayer. Si la justicia dictaminó su inocencia, los argumentos que se hacen constar en su hoja de vida en relación con los sucesos pierden fuerza.
El abogado del coronel dijo que es posible que se acuda a instancias internacionales.
Una vez reintegrado Carrión a la Policía, el capítulo debiera cerrarse, para bien de la estabilidad institucional y de la tranquilidad nacional.