A los 20 días de la invasión rusa a Ucrania, el impacto económico lo están sintiendo los exportadores locales de banano, flores, camarón, café, pescado, conservas de frutas, hortalizas y otros productos. Rusia es un destino importante, sobre todo para el sector bananero, ya que ese mercado representa cerca de USD 700 millones de las ventas anuales, un 20% del valor exportado al mundo.
Es innegable el daño que la guerra en Ucrania ocasiona a la producción nacional de banano; además hay que considerar que de por medio hay miles de fuentes de empleo en riesgo.
Lo anterior, sin embargo, no es un argumento válido para bloquear carreteras o cerrar vías como ocurrió ayer, ya que eso afecta a otras actividades productivas y a la libre circulación. Tampoco cabe obligar al Estado a comprar la sobreoferta de banano a través de un fondo de contingencia, lo cual equivale a que todos los ciudadanos asuman las pérdidas del sector bananero.
Si eso ocurre, los productores de flores, camarón, café, pescado, hortalizas y otros productos que se venden en Rusia y Ucrania sentirán que tienen el mismo derecho y el Estado terminaría asumiendo las pérdidas de empresas privadas, algo inviable.
Sin embargo, el Estado sí debe ofrecer apoyo a las empresas que están atravesando problemas financieros, debido a un evento que no estaba en el radar de nadie. En el corto plazo, esas ayudas pueden estar relacionadas con el diferimiento o exoneración en el pago de impuestos, la devolución de tributos o la búsqueda de mercados alternativos a través de las embajadas y agregadurías comerciales. La ayuda a cualquier sector debe ser focalizada y temporal, con el objetivo de mantener la producción y el empleo.
En el mediano plazo se necesitan resolver temas como el irrespeto a los precios de sustentación del banano, que no responden a la realidad del comercio mundial, además de garantizar el acceso a nuevos mercados, lo cual se logra con acuerdos comerciales.
Las medidas de apoyo deben ser trabajadas entre el Gobierno y el sector privado, pero también transparentadas a la ciudadanía, para saber cómo se utilizan los recursos públicos.