Son dos llamados a la conciencia nacional los que se han hecho en las últimas semanas. La Embajada de Estados Unidos ha logrado advertir que la corrupción ha llegado a los más altos niveles del Estado ecuatoriano. La representación estadounidense ha procedido a retirar visas: habló de narcogenerales y de jueces, sin dar más detalles.
Por un lado, es bueno saber que quienes están detrás de la maraña de la corruptela no crean que van a seguir en las sombras; pero también dice mucho del país que no sean los entes de control estatales los que tomen la iniciativa de mostrar a los corruptos que pueden ser puestos en la mira de los ciudadanos.
La corrupción es una materia que, por muchos años, se ha concentrado en una de sus aristas más dolorosas, pero de las más obvias: el robo a las arcas públicas. Sin embargo, tiene otros filones, sobre todo desde el lado privado, en donde la coima, la colusión y cualquier variante del soborno hacen que haya fortunas mal habidas que pasan desapercibidas en términos legales.
Lo lamentable es que sean embajadas extranjeras u organismos de la sociedad civil, como la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA), las que hagan saltar las alertas para que inmediatamente los órganos de control inicien acciones concretas.
La denuncia de actos de corrupción es uno de los graves problemas que enfrenta la sociedad civil. En una amplia entrevista publicada por este Diario, Germán Rodas, coordinador nacional de la CNA, deja en claro que es muy complicado denunciar, porque quienes se atreven a hacerlo deben lidiar con contrademandas. Propone un sistema nacional anticorrupción, que incluya jueces y fiscales dedicados exclusivamente a este flagelo.
Rodas, además, pidió que el Estado requiera los nombres de los jueces a los que se les quitó la visa de Estado Unidos. Advirtió que estamos en un momento muy complicado como país: pues dice que ante la arremetida del narcotráfico, y su incursión en las altas esferas, estamos en un punto en el que tomamos las medidas necesarias para proteger la país del las secuelas del narcotráfico o seremos testigos de la disfuncionalidad del Estado.