Esta semana, el Gobierno inauguró una nueva vía muy importante y entregó la ampliación de otra ruta trascendental.
Nos referimos a la carretera que circunvala las ciudades de Latacunga y Salcedo, en la provincia de Cotopaxi, y a la vía que une Ambato con Guaranda.
Para el caso de la primera ruta, en el tramo de la avenida Panamericana, el paso por un tramo apretado de la capital de Cotopaxi, y el inevitable trayecto para atravesar Salcedo, tornaban lento y pesado el viaje por la intensa congestión entre Quito y Ambato, por ejemplo.
La vía recién inaugurada, cuya construcción tardó algún tiempo, tiene un trazado de 27 kilómetros y aligerará el viaje, a más de interconectar a otras poblaciones cercanas a las que servirá.
Miles de vehículos circulan diariamente por esa carretera y los usuarios debieran observar con atención los nuevos trazados y, por cierto, no abusar de la calidad de la vía para traspasar los límites de velocidad establecidos.
La ampliación de la vieja ruta que une a las capitales de Tungurahua y Bolívar es otra obra de importancia.
Los usuarios deben valorar estas importantes obras públicas como una de las huellas que el Gobierno deja y que son un aporte importante y que, seguramente, por los ajustes económicos de esta nueva etapa, no se prodigarán en estos años con la fuerza a la que el Gobierno se acostumbró y acostumbró.
Una adecuada información de los costos, así como una fiscalización, cerrarán el capítulo con tranquilidad para todos.