Dos causas judiciales impactan en la Argentina de estos días. Las órdenes de prisión que dicta la justicia muestran un cambio en el escenario político.
Cuando al ex secretario de Transporte del régimen de Cristina Fernández de Kirchner se lo imputa de actos de corrupción por la compra de trenes ahora inservibles y cuando todavía no se aclaran las causa de tragedias ferroviarias, otro tema hace noticia.
Lázaro Báez cae detenido. Un juez lo llama a declarar por lo que puede ser la punta de un inmenso y enredado ovillo.
Báez es un empresario de la construcción cuya prosperidad creció a la sombra del fallecido Néstor Kirchner. Antes era un modesto funcionario bancario. Luego sus empresas fueron incursionado en obras públicas. Después crecieron en vínculos en el exterior. Se debe establecer si varias sociedades domiciliadas en Nevada tienen o no vínculo con el empresario kirchnerista.
Hace varios años el periodista Jorge Lanata presentó una amplia investigación a la que llamó la ‘Ruta del Dinero K’. Con ese nombre el periodista Daniel Santoro acopia en un libro el episodio. Sospechas de movimientos millonarios, hasta de lavado de activos, propiedades inmobiliarias y sociedades turbias están en la trama en la que antes ningún juez se atrevió a profundizar.
Con los Kirchner alejados del poder los jueces parecen perder el miedo. Ya salió a la luz un grupo de gente relacionada con el caso contando millones. La trama secreta comienza a destaparse.