El número de afiliados al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social creció de modo exponencial en tres años. Si en 2010 eran 3 200 000, para la fecha son 8 100 000. Esta cifra se incrementó de manera significativa por varias causas, entre ellas, la obligatoriedad de la afiliación y el crecimiento de las afiliaciones voluntarias, que llegan a los 2 500 000. La mayoría de aquellas proviene de ecuatorianos en el exterior, que no demandan, por ahora, prestaciones, pero que en el futuro buscarán exigir sus derechos.
La existencia de la seguridad social para el mayor número de ecuatorianos es deseable, pero la realidad del IESS muestra que la infraestructura no da abasto y las interrogantes crecen cuando en el futuro el Seguro Social deba atender las pensiones jubilares.
La atención médica se extendió a los cónyuges y a los hijos menores de 18 años, sin que ellos aporten un centavo más, lo que le cuesta al IESS, no solo en dinero sino en capacidad de atención. Las prestaciones a los afiliados se expresan en aglomeraciones y una demanda creciente de turnos para las citas médicas; además, hay la limitación de especialistas por la salida de muchos médicos.
El IESS es la institución que más dinero recauda en el país, pero las inversiones seguras deben ser prioridad para cuidar los recursos que son de los afiliados y con el fin de garantizar que, cuando lo requieran, sus prestaciones y jubilaciones lleguen a tiempo.