El bloque parlamentario de CREO, apoyado por su líder Guillermo Lasso, rompe con el Gobierno. La dispersión, que ha sido la marca de la Asamblea Nacional, se hará, en adelante, más evidente. La aprobación de proyectos del Ejecutivo se complicará.
La renovación de las autoridades del ente legislativo, la conformación de las comisiones y sus presidencias se dilataron de forma desesperante, y golpearon el accionar y la credibilidad de la Asamblea Nacional.
La atomización de la Asamblea fue compensada en parte por el apoyo de CREO en temas puntuales y en aprobación de leyes importantes, aunque asuntos fundamentales en materia económica no obtuvieron los votos y hay temas pendientes que, tal parece, quedarán para el archivo.
La falta de coherencia política de Alianza País, el bloque oficial del gobierno, ha venido quedando en evidencia. Muchos de los asambleístas votan descoordinadamente y fragmentan la corriente parlamentaria.
La gota que ha derramado ese vaso es el bloqueo al juicio político a la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Diana Atamaint.
La Comisión de Fiscalización no juntó los votos para que el pleno de la Asamblea tramite la interpelación. Sin entrar en un juicio sobre los argumentos a favor o en contra de Atamaint, parecía un ejercicio sano que permitiera ir al proceso electoral con las cartas abiertas sobre la mesa.
La ausencia de una parlamentaria de AP y el voto insólito de otra legisladora suplente cambió el rumbo de las cosas.AP, con CREO, el BIN y el BADI, habían formado alianzas coyunturales que ahora se rompen. Guillermo Lasso, igual de Luis Pachala -de la comisión de Fiscalización – y la asambleísta Jeannine Cruz, se mostraron indignados.
Estos avatares marcan un paso complicado para las leyes que quisiera enviar el Ejecutivo a la Asamblea. Los votos siempre contrarios de la Revolución Ciudadana -el bloque correísta- y los muchas veces esquivos del Partido Socialcristiano, en este nuevo escenario hacen vislumbrar un tiempo más dificultoso para un Gobierno con varios frentes.