Una recesión en Estados Unidos y Europa preocupan. Se avecina una guerra de precios en el exterior.
Las previsiones de un estancamiento económico en Estados Unidos y la Unión Europea preocupan a los exportadores ecuatorianos. Cerca del 40% de las ventas no petroleras y no mineras del país tienen como destino esos mercados.
Para el corto plazo se prevé un descenso en los precios, mientras que la estructura de costo del sector exportador nacional se mantendrá elevada.
¿Cuál es la preocupación? Hay que entender que con una desaceleración en la demanda internacional, lo más lógico será una guerra de precios entre los competidores externos para posicionar sus bienes entre los consumidores, que tendrán menos recursos debido a la recesión internacional.
Los exportadores ecuatoriano tienen un debilidad porque cuentan con poca maniobra en su estructura de costos.
Por ello, es importante que el Gobierno ecuatoriano profundice en su estrategia para lograr nuevos acuerdos para reducir los aranceles que tienen nuestros productos al ingresar a otros mercados y entregar incentivos a las empresas y actividades productivas.
Desde la interna de las empresas, la alternativa es insistir en la innovación y ajustes en los procesos para intentar -en la medida de lo posible- lograr reducciones en los costos.
El 2022, pese a todos los inconvenientes, fue positivo para las exportaciones nacionales. Las ventas totales se ubicaron en los USD 30 052 millones entre enero y noviembre de 2022, lo que representó un crecimiento de USD 5 455 frente al mismo período de 2021.
Un comportamiento similar se registró con los rubros no petroleros ni mineros, que se ubicaron en USD 16 790 millones, un aumento del 16% frente a 2021.
Si bien el balance es positivo hubo sectores que ya sintieron el bajón como el bananero, que tuvo un descenso en la producción y llegó a niveles no vistos en los últimos cinco años. El procesamiento del atún también tuvo complicaciones.