Sin duda, la ruta Alóag-Santo Domingo es una de las más importantes del Ecuador porque une la capital con la Costa. Es, además, una de las obras más destacadas de la ingeniería en el país. Sin embargo, desde que comenzó a prestar servicio, en la primera mitad de los años 60 del siglo pasado, siempre ha presentado problemas. Sin duda, la complicada geografía ecuatoriana y las intensas lluvias del invierno han sido los factores que impiden la normal circulación de los 11 500 vehículos que pasan por allí diariamente.
Los 100 km son administrados por las prefecturas provinciales según su territorio. Pichincha tiene a su cargo 72,5 kilómetros y Santo Domingo de los Tsáchilas, el resto. Los vehículos que pasan por allí deben pagar dos peajes, uno por cada provincia. Y no son valores bajos: desde los USD 1 para autos pequeños hasta USD 6 para camiones.
Según un reportaje publicado por este Diario sobre el estado de esta vía, las fuentes consultadas afirman que la doble administración representa un problema porque es pretexto para no hacerse cargo del mantenimiento. En los hechos, es una carretera nacional y debe estar, por tanto, regido por el Estado central. Sin embargo, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas no aceptó la propuesta de la Prefectura de Pichincha de devolverle la competencia. Más bien, permitió que se levantara otro peaje en Tandapi, con una tarifa de USD 0,50, que aún no opera.
Si bien pueden ser comprensibles que los taludes tras las lluvias corten la vía, no es menos cierto que hay grandes tramos de la ruta que están en mal estado y que requieren mantenimiento. Los USD 3 millones que se recaudan anualmente en los peajes se destinan en su totalidad a pagar los USD 11,5 millones de la deuda por la ampliación de la vía, contratada en 2007. Recién en octubre de este año se la cancelará.
Los conductores, sobre todos aquellos que usan regularmente esta ruta vital para la economía de país, merecen tener vías ágiles y, por tanto, las prefecturas involucradas deben encontrar las alternativas para solucionar los problemas constantes.