La pandemia del covid-19 es un problema global y, como tal, tiene que ser enfrentada. No sirve de mucho que unos cuantos países alcancen altas cifras de vacunación si en otros ni la mitad de habitantes tiene esa protección. Igual sucede con las pruebas para detectar la enfermedad: si no están disponibles de forma generalizada en el planeta, combatir la enfermedad se vuelve más complejo y la solución se alarga en el tiempo. Es en las naciones de baja cobertura de vacunas y de escasa cantidad de pruebas donde el virus puede seguir activo y generar variantes (como ocurrió con Ómicron, por ejemplo) que tengan características nuevas que pueden poner en jaque a los sistemas sanitarios de todo el mundo.
Alcanzar la equidad en la provisión de pruebas de detección y, en especial, de vacunas es clave para dejar la pandemia atrás. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calculado cuánto dinero se requiere para lograrlo: 23 400 millones de dólares. Es lo que se necesita para financiar el proyecto global denominado Acelerador de Acceso a Herramientas Covid-19. De esa cantidad, la OMS pide a los países ricos que aporten USD 16 000 millones, para canalizarlos a países de bajos y medianos ingresos. En el caso de estos últimos, también buscarían autofinanciamiento para completar el dinero requerido. Una de las metas cruciales del proyecto es conseguir que, a mediados de año, el 70% de la población de cada país en el planeta esté vacunada con esquema completo. Eso daría pie a que se genere una inmunidad global y el virus ya no tenga mayor espacio para reproducirse.
Las cifras de dinero son relativamente bajas. Solo el PIB de Estados Unidos bordea los USD 21 billones (21 millones de millones). Para una referencia más cercana, consideremos el PIB de Ecuador, que es de alrededor de USD 100 0000 millones. O quizá baste con decir que la empresa tecnológica Apple reportó en 2021 ingresos por 123 900 millones de dólares… Son números que muestran no solo la factibilidad de la meta sino también la inequidad entre los países, asunto en que radica buena parte de las causas por las cuales la pandemia aún sigue vigente.