El nuevo momento deberá tender a una disminución paulatina del aislamiento social, pero todo dependerá de las cifras. La acción ciudadana de colaboración y civismo es una de las claves.
En pleno desarrollo de los contagios y cuando el fin de la noche de la pandemia está lejos aún, hay nuevos retos.
China sale del estado crítico. Estados Unidos experimenta su terrible auge, Europa muestra todavía alta letalidad, Ecuador vive lo suyo.
Esta semana vivimos en una etapa de implantación del semáforo.
Cabe explicar que por ahora, y hasta el lunes próximo, ese semáforo estará en rojo. Esto es: cero relajación, confinamiento y disciplina ineludibles. Se trata de salvar vidas como prioridad nacional.
Queda una experiencia aleccionadora y que no debe repetirse tras los duros momentos que aún no se superan en Guayaquil en cuanto al levantamiento y entierro de cadáveres.
El propósito del semáforo es ir atenuando los rigores del confinamiento paulatinamente. Podría suceder que del próximo lunes en adelante las actividades se reactiven en ciertas áreas, en lugares geográficos específicos y en algunas provincias, pero todo sería poco a poco.
En España han surgido críticas por el ablandamiento de ciertas actividades no esenciales y el riesgo es alto. Aquí no debemos correrlo.
Un aspecto importante es que las mecánicas del país dedicadas a dar mantenimiento a ambulancias, camiones de abasto y Fuerzas de Seguridad pueden abrir solo con ese propósito. Esto no supone abusar de la medida, ya que las sanciones para quienes incumplan o suplanten salvoconductos están vigentes.
Nadie debe descuidar y, por el contrario, hay que ser más estrictos en usar mascarillas y guantes, y extremar medidas de higiene siempre.
Los ministros de Gobierno y Salud así lo han enfatizado. Esto será largo.
En Quito, el Cabildo ha cerrado mercados y se empeña en tender cercos de control severos. Es muy importante, ya que si bien en estos días no se registra un alto contagio, si la población se descuida esta cifra podría ir en expansión debido al periodo de incubación del virus.
La acción ciudadana de colaboración y civismo es una de las claves. En nuestras manos está atenuar drásticamente el impacto del virus.