Mirando a la frontera norte
La suspensión de los diálogos entre el Gobierno y las FARC en Colombia puso alertas en las Fuerzas Armadas.
Las Fuerzas Armadas ecuatorianas, comprometidas profesionalmente con su formación y su misión fundamental, toman precauciones ante el posible nuevo escenario.
Aun cuando la suspensión de los diálogos entre el Gobierno colombiano y las FARC sea temporal, y a la espera de que se reanuden las conversaciones, siempre es saludable tomar precauciones en este lado de la frontera.
El planteamiento estratégico de los militares ecuatorianos cambió radicalmente de eje luego de la firma de la paz con el Perú. Desde entonces se sabía que las amenazas de grupos irregulares alrededor del crimen organizado, el tráfico de drogas y la insurgencia supondrían nuevos retos para nuestras Fuerzas Armadas.
Esta semana, conforme lo atestigua un reportaje de Diario EL COMERCIO, las fuerzas se pusieron en alerta en puntos claves de la frontera norte.
Patrullajes, movilización de tropas, despliegue táctico, muestran a un soldado ecuatoriano preparado, de acuerdo a las exigencias de su vocación de servicio y el mandato constitucional primero: preservar la integridad territorial y cuidar que se respete la soberanía nacional.
Algunos de los grupos irregulares que operan en Colombia podrían ver en Ecuador, como ocurrió en otro tiempo, un espacio de refugio a sus actividades delictivas o subversivas, y eso hay que evitarlo.
Justamente ahora, que se intenta reformar la Constitución para asignar a los soldados otras tareas de seguridad interna, se refuerza la convicción de su rol principal.