Santos y la puerta a la paz
Juan Manuel Santos ganó las elecciones por un suficiente margen sobre Óscar Iván Zuluaga, su contendiente y excompañero de Gabinete.
Colombia reelige por segunda vez, desde la vigencia de la Constitución a un Presidente en funciones. Antes fue reelegido Álvaro Uribe.
El presidente Santos recibió un contundente respaldo de diversos sectores políticos unificados en torno al discurso que da un espaldarazo a los diálogos de paz. La izquierda democrática y, especialmente, su candidata presidencial en primera vuelta plegó a Santos.
A la hora de contar los votos, el rápido reconocimiento del perdedor Óscar Iván Zuluaga, del derechista Centro Democrático, sus caballerosas palabras para con su rival, el presidente Santos, y su petición de una paz con condiciones contrastaron con la agria postura del expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez, quien descalificó a su ex-Ministro de Defensa (el presidente Santos ) y lanzó acres acusaciones de corrupción y compra de votos.
La segunda vuelta fue pacífica pero el tono y las denuncias la empañaron.
Santos tiene el reto de sellar la paz, pero debe hacerlo tomando en cuenta a un 45% de colombianos que apoyó a su contendiente. El Presidente está obligado a velar por la reparación de las víctimas y obtener el compromiso de los alzados en armas de abandonar la guerrilla y su actividad ilícita -confesada hace poco- de dejar el narcotráfico.
Atender al campo y buscar justicia social son otros retos del nuevo mandato.