El Foro de Davos, en Suiza, es un destino obligado para gobernantes, empresarios y activistas sociales que buscan financiar sus proyectos, hacer negocios, atraer inversiones o posicionar sus ideas sobre temas nacionales, regionales o globales.
Por segundo año consecutivo, el presidente Lenín Moreno acudió a Davos con una agenda muy similar a la del año pasado. En esa ocasión, el Presidente mantuvo una reunión con la entonces directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, que abonó el terreno para firmar -dos meses más tarde- la vigente carta de intención.
El martes pasado, Moreno se reunió con la actual directora del FMI, Kristalina Georgieva, con el fin de revisar los avances del programa económico, cuyas metas se flexibilizaron en diciembre del año pasado debido a los daños que generaron las protestas en octubre del 2019.
Aunque el Gobierno cumplió las metas de gasto social, al cierre del año pasado no alcanzó las reservas prometidas. Ofreció terminar con USD 4 215 millones y cumplió el 74%.
El diálogo entre el Presidente y la Directora del FMI sirvió para seguir adelante con el programa, considerando que el próximo mes debe llegar al país un equipo del FMI para evaluar las metas del 2019. De eso dependerá el siguiente desembolso del FMI, previsto para marzo próximo.
Moreno aprovechó el Foro de Davos para asegurar que continuará con las reformas económicas a pesar de las violentas protestas de octubre. Con ese mensaje quiere garantizar el acuerdo con el FMI, pero también posicionar ante la comunidad internacional que las protestas fueron aprovechadas por actores y grupos violentos que, con una agenda política, buscan desestabilizar el orden democrático en el país.
Lo anterior está atado de alguna manera a Venezuela. Moreno apoyó hace un año una salida democrática para un cambio de gobierno en ese país. Ese pedido lo mantuvo el miércoles pasado, pero ahora puso énfasis en conseguir apoyo internacional, ya que el costo de la migración venezolana está aumentando.