El mundo ha cambiado desde diciembre. Entonces, en la gran ciudad de Wuhan el extraño virus causaba sus primeros efectos mortíferos.
Poco a poco, otras ciudades de la China y de Lejano Oriente lo veían llegar. Hoy, 127 países lo tienen. La Organización Mundial de la Salud declaró el nuevo epicentro a Europa. Catalogó al covid-19, su nombre científico, como pandemia.
Esa consideración se debe a su rápida expansión.
Si la cifra llega a 125 000 personas infectadas, las muertes bordean las 6 000 (tres de ellas de ecuatorianas, dos en nuestro territorio).
Es fácil colegir que el coronavirus no alcanza la letalidad del cáncer, la propia influenza o las muertes trágicas por accidentes de automóviles.
Los efectos letales no se parecen ni siquiera al cólera, la peste bubónica o la gripe española, cuyas muertes fueron masivas. Pero el coronavirus tiene otros efectos graves. El primero, en la economía, en un mundo cada vez más interdependiente.
El petróleo ha caído, mucha energía ha dejado de consumirse por la paralización de viajes, industria y movimiento de mercaderías por mar y aire. Al efecto petrolero se suma la tensión entre Arabia Saudita y Rusia.
Para Ecuador la cifra cayó por debajo de los cálculos del precio del crudo en el Presupuesto 2020. Eso produjo el desesperado intento de ordenar la economía con modestas medidas y magro apoyo político; otras no cuentan con aceptación social.
El turismo mundial sufre impactos. Estados Unidos bloqueó temporalmente las entradas de personas de Europa (hay 200 000 vuelos anuales entre el espacio Schengen y EE.UU.). Las reservas de hoteles y tours caen en todo el mundo y Ecuador no es ajeno a este fenómeno.
La declaratoria de emergencia en EE.UU. y la paralización de Italia y España dan indicios de la magnitud del problema, que se complica con las ‘fake news’ que mienten y crean caos. Hay que consumir buena in-formación de medios con probada credibilidad y fuentes oficiales.
Además, seguir las indicaciones de la autoridad y las medidas de aseo. La salud y la vida son tarea de todos.