Los jubilados del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social son cada vez más. El equilibrio adecuado entre afiliados y pensionistas está roto.
Los cálculos especializados hablan de unos siete afiliados activos por cada jubilado para sostener el sistema. Los datos del 2017 registraban 6,6 afiliados por jubilado, mientras que, con los números actuales, la proyección llegaría al año 2055 a 3,8 activos por uno pasivo, según un informe publicado ayer por este Diario.
Con esas cifras no hay sistema de seguridad social que aguante y se pone en riesgo la supervivencia de las pensiones jubilares, que son la base y razón de ser del modelo.
Apelando al sentido solidario pero sin base técnica suficiente, se aumentaron las prestaciones médicas ampliándolas para los familiares de los afiliados. Una idea loable pero que debió ser acompañada con el aumento de los ingresos. En caso contrario, el colapso de las instalaciones y la calidad del servicio, como es notorio que ha sucedido, colapsa.
Otro aspecto muy importante es la responsabilidad que debe asumir el Estado en los pagos de las pensiones jubilares. Sin razón y con mucha avidez, el gobierno anterior despojó al IESS de recursos y quiso borrar de un plumazo el aporte estatal del 40% de las pensiones. Esa medida implantada desde el 2015 con una reforma legal, que contó con el consentimiento de la bancada de Alianza País, ponía al IESS al borde de la quiebra técnica.
Es muy importante reconocer, empero, que en la Pro forma del 2019 se contempla un total de USD 1 242 millones para cubrir esas obligaciones, aunque esos dineros todavía son insuficientes ante la demanda presupuestaria que estará bordeando, según los técnicos del Instituto de Seguridad, los USD 1 754 millones.
Después de años de no enfrentarla, el país deberá asumir en breve la realidad de una seguridad social que debe estar debidamente financiada.
Con muchos jubilados y pocos afilados y además sin proyecciones futuras de crecimiento inmediato, a pesar de los esfuerzos por incrementar su número, las cifras no alcanzan y esta institución podría sucumbir.