El Ecuador inicia hoy una campaña presidencial atípica, tanto por la situación extrema de la pandemia del coronavirus que azota al mundo cuanto por la numerosa cantidad de aspirantes al solio presidencial.
Con 16 binomios instalados en la papeleta presidencial y uno más en la sombra de la incertidumbre, habrá el país de esperar hasta el 7 de enero el listado definitivo de participantes.
Mientras que, en el caso de quienes tercian para asambleístas nacionales, hay 17 listas aceptadas.
Una vez más habremos de preguntar si en el Ecuador hay 17 ideologías distintas o, por el contrario, una burda legislación electoral permite una participación tan nutrida como confusa y muy costosa. Una falsedad.
No cabe perder de vista que la feria de 280 partidos y movimientos no es nada que se le parezca a una participación política real, democrática y madura, es un embeleco de envoltorio más que un contenido fecundo.
Las normas escritas para fomentar la amplia participación llevaron a un millonario financiamiento con recursos públicos. Ya se vio en el pasado que participar en política, aun perdiendo las elección, podía suponer un baño de popularidad y una fuente para acrecentar influencias.
El que el plazo de campaña propiamente dicha se acorte no limitó los ensayos de campaña anticipada y las fuerzas políticas no harán sino participar hoy de modo formal en el banderazo de partida del proceso.
Uno de los factores de esta campaña será el acotamiento de los encuentros. Al estar prohibidos los actos masivos y conculcada la tarima por la fuerza de las circunstancias del coronavirus, quedan recorridos de pocos autos en caravana y paseos a pie sin que los candidatos se detengan a conversar con los vecinos.
Más allá del oropel que rodea una campaña y los lemas vacíos y los efectos especiales de la propaganda, el país espera compromisos serios para afrontar lo esencial. Economía, trabajo, protección de la dolarización, producción, salud, educación, seguridad y lucha contra la ‘pandemia’ de la corrupción, como ejes clave de una campaña diferente.