El tema de los subsidios genera debates y no pocas polémicas. El país mantiene subsidios claves para sectores desprotegidos pero también regala el dinero, que es de todos, a quienes no lo requieren.
A raíz de las últimas acciones que se derivaron de la aprobación de la Ley de Fomento Productivo, se anunciaron ajustes en los gastos del sector público y un alza del precio de la gasolina súper.
Asimismo, se abrió la puerta a un nuevo diálogo donde el tema subsidios está llamado a ser importante.
El concepto de los subsidios debiera ser temporal y dirigido a quienes verdaderamente se beneficien, especialmente a sectores sociales deprimidos.
En el Ecuador varios actores empresariales han visto beneficios en el subsidio y se arma toda una discusión en torno a si es importante mantener el diésel subsidiado para sostener la competitividad, en vista de que países vecinos pueden jugar con el factor salarial y aun con la devaluación de su moneda con lo cual nuestros productos pierden esa competitividad. Pero hay que estar conscientes, si es que un sector productivo solamente puede ser rentable si se mantiene subsidiado distorsiona la lógica de una competencia con sentido de eficacia productiva.
El cambio en el precio del diésel debe y puede ser asimilado por el sector pesquero. Hay quienes piensan que un alza gradual no conduce a ninguna parte pero las condiciones sociales no siempre muestran el mejor escenario para tomar medidas a fondo.