Este 1° de Mayo es el Día Universal del Trabajo. En el país los trabajadores organizados en distintas centrales sindicales marcharán. También lo harán algunos grupos políticos.
De acuerdo a una norma establecida por el anterior gobierno, debía ser un día ordinario de labores con el correspondiente traslado de la fecha de asueto al lunes. A última hora, el Presidente decidió sumar un día de descanso obligatorio que deberá ser compensados por los empleados y trabajadores.
Un anuncio precipitado no permite la adecuada planificación del tiempo de ocio ni la previsión económica requerida. La justificación se halló en dar a los trabajadores organizados tiempo y espacio para las marchas tradicionales.
El día recuerda la matanza de trabajadores en Chicago en 1886 por la jornada de 8 horas, que se fijó como fecha clásica en casi todo el mundo, pero no en Estados Unidos por un prurito político.
En el Ecuador, la expresión ha tenido momentos críticos en épocas de demandas laborales fuertes, de agudización de contradicciones entre el poder político y la dirigencia sindical y de tensa relación del anterior régimen con los que se pensaba eran aliados naturales, llegando la división a la creación de sindicatos afines al Gobierno.
Hoy la coyuntura muestra una clase trabajadora afiliada a sindicatos minoritaria, una preocupación de la dirigencia sobre las nuevas modalidades de contratos laborales y una masa de subempleados que clama por trabajo.