Manabí, una provincia futbolística de muchos jugadores y varios equipos, ha logrado por primera vez un título de Campeón de Fútbol.
La alegría de los manabitas, y particularmente de la parcialidad de Delfín, coincide con la desazón de los perdedores, LDU de Quito.
El conjunto albo, conocido como el rey de copas por sus títulos internacionales, no pudo alzar por décimo segunda vez el trofeo anhelado.
El desempeño del equipo capitalino en el partido final en el estadio Jocay de Manta fue mejor que el de su rival, pero no pudo convertir.
La primera final de ida, en el Estado Rodrigo Paz Delgado, le fue esquiva al conjunto universitario aunque tuvo oportunidades de anotar.
Pero el 0 a 0 no alcanzaba a ninguno de los equipos, conforme al reglamento de esta instancia de duelos de ida y vuelta establecido.
Solamente dos veces se ha jugado con esta modalidad y en las dos oportunidades Liga ha sido finalista con un campeonato y un vicecampeonato. En la tanda de penales, los futbolistas de LDU Quito fallaron de forma reiterada y aunque también lo hicieron los jugadores del equipo azul, lograron el tanto del triunfo.
Delfín le da la oportunidad a Manabí de tener este trofeo. La tradicional hinchada de esa provincia ha tenido distintos equipos preferidos como Manta en el pasado, o LDU de Portoviejo, que ahora vuelve a primera división. Delfín tuvo un desempeño ejemplar en el año 2017 y fue vicecampeón jugando contra Emelec.
El campeonato deja mucho que desear. Demasiados equipos (y en 2020 aumentarán) tiranía de los horarios de la señal de televisión, por sobre las tradiciones de la hinchada de algunos equipos, y una pobre asistencia de público a los escenarios. Un tema que hay que analizar y ojalá corregir.
Otros equipos con méritos como Macará, Independiente y se podría nombrar a Católica, Aucas, Barcelona y Emelec, que fueron víctimas tempranas del sistema de “play off”.
Delfín hizo méritos y consiguió lo suyo. Liga fue gran rival en la final. Ecuador tiene un nuevo campeón y hay que felicitarle. ¡Salud!