Daniel Noboa, quien fue reelegido como presidente de Ecuador, tiene tareas pendientes en los ámbitos económico, político y de seguridad. Todas son importantes y están interrelacionadas. De su éxito dependerá la estabilidad del país y el bienestar de los ecuatorianos.
La generación de fuentes de empleo adecuadas es una de las primeras tareas para lograr estabilidad económica familiar y acumular un capital político que le permita gobernar con mayor eficacia.
En Ecuador, solo 3 063 042 personas tienen un empleo adecuado y 298 711 están desempleadas. El resto de la Población Económicamente Activa, que suma 8 646099 habitantes, se encuentra en otras categorías, como el subempleo.
Es imperioso reducir los niveles de subempleo y desempleo para mejorar los ingresos de las familias en general. Esto provocará un incremento en el consumo, lo que dinamizará las actividades productivas.
Para lograr la creación de fuentes de empleo se requiere, en paralelo, una reducción de la inseguridad. De esta forma, el sector privado y la inversión extranjera se interesarán en nuevos proyectos en Ecuador.
No son tareas sencillas por la inseguridad y el narcotráfico, pero Noboa debe emprender acciones sostenidas e inmediatas.
El empleo no es la única prioridad económica; también lo son las relaciones internacionales para mejorar la balanza comercial, lo que permitirá el ingreso de más dólares y, con ello, dinamizar la economía nacional y debe apuntalar la dolarización.
El manejo de las finanzas públicas es otro elemento fundamental, sobre todo por la amortización de la deuda y el impacto que tendrá el pago de los bonos ofrecidos durante la campaña.
Hay otros desafíos como el presente y futuro de la Seguridad Social, inversión pública y estabilidad para gobernar y plantearse proyectos de corto, mediano y largo plazo.
Ecuador requiere una estrategia casi milimétrica para encaminarse hacia un crecimiento económico sostenido. Para ello, se deben dar pasos constantes y bien planificados. La corresponsabilidad de todos también será determinante para el éxito, no solo de un Gobierno, sino del país entero.