Los productores agrícolas y ganaderos de Ecuador enfrentan momentos críticos. Acaban de afrontar una sequía prolongada, acompañada de fuertes vientos, heladas en las madrugadas y alta radiación solar.
Aunque las lluvias desde fines de septiembre de este 2024 ofrecen cierto alivio, el sector arrastra problemas históricos. Sorprendentemente, solo el 20% de la producción de pasto cuenta con riego en los valles. En las colinas y montañas se mantiene la dependencia de las lluvias. El pasto es fundamental, ya que es el alimento más rentable para las vacas productoras de leche.
Solo por la sequía, el Ministerio de Agricultura contabilizó 45 220 hectáreas afectadas con pérdidas parciales y totales por 2,2 millones de dólares. Esto incluye a los sectores agrícolas, forestal y pecuario.
Los pequeños productores sufren aún más debido a los cortes de luz, que desde ayer vuelven a 10 horas diarias en distintas franjas horarias. Para recuperar sus tierras necesitan bombear agua mediante electricidad o con diésel, sobre todo en partes altas, que están más cerca al sol.
La sostenibilidad del agro y la ganadería es esencial. No solo debe sustentar a los productores y sus familias, sino también garantizar la seguridad alimentaria a nivel local y nacional.
Debido a los constantes cambios de clima, plagas, falta de capital, entre otros factores, hay productores que cambian de cultivos. Pero también abandonan la actividad.
Ante las limitadas reservas petroleras del país y tomando en cuenta que los ecuatorianos decidieron mantener el crudo del Yasuní bajo tierra, impulsar la agroindustria y la ganadería debiera priorizarse.
Para lograr esto se necesitan implementar soluciones comprobadas. Para dar algunos ejemplos están las tecnologías avanzadas de riego que optimizan el uso del agua. Esto se aplica en varios países.
En Brasil se han adoptado sistemas de agroforestería. Este enfoque combina cultivos con árboles. Así se mejora la biodiversidad y se retiene la humedad en el suelo. Además, se mitiga los efectos del cambio climático.
Es fundamental promover la capacitación técnica para los pequeños productores. Pero deben entender la necesidad de adaptarse a los cambios climáticos. Además, la política de financiamiento agrícola debe ser clara y sostenida. Este sector requiere constantes reinversiones, y para ello se requiere capital fresco y tasas de interés más bajas. Las prácticas agrícolas innovadoras deberían contar con incentivos fiscales.
Las experiencias exitosas demuestran que es posible garantizar un futuro más seguro y sostenible para la agricultura y ganadería ecuatoriana.
La sequía prolongada ha llevado a muchos a cambiar de cultivos o, lo que es peor, abandonar la actividad. Ante las limitadas reservas petroleras del país, es crucial impulsar la agroindustria y la ganadería. Para lograrlo, necesitamos implementar soluciones comprobadas, como tecnologías avanzadas de riego que optimicen el uso del agua.
Estos ejemplos demuestran que es posible garantizar un futuro más seguro y sostenible para la agricultura y ganadería ecuatoriana. Para que esto sea una realidad se requiere que el sector privado y público tengan una sola visión y desempeñen un trabajo coordinado con asistencia internacional.