El escenario económico para este año está cambiando aceleradamente. La epidemia del covid-19, que explotó en China en enero pasado, ya está presente en los cinco continentes y está contagiando a los inversionistas, cuyo nerviosismo se evidencia en las caídas consecutivas de las principales bolsas de valores del mundo.
Una proliferación del covid-19 en más países hace temer nuevas restricciones a la movilidad de las personas, como ocurrió en Wuhan, epicentro de la epidemia en China.
Los brotes en Italia, Corea del Sur e Irán se han traducido en cierre de escuelas públicas, suspensión temporal al ingreso de viajeros, mayores controles en aeropuertos, entre otras medidas. Otros países suspendieron congresos mundiales, con graves efectos en el sector turístico.
En un mundo globalizado e hiperconectado, los problemas en China, la segunda economía más grande del planeta, afectan a todo el mundo. Y si la epidemia se extiende a más países, como está ocurriendo en Europa, el efecto puede ser mayor.
Por eso, en la reunión del G20, realizada el fin de semana, los ministros de Finanzas empezaron a esbozar un plan de acción para proteger la economía mundial del impacto de la epidemia, mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que, en el mejor de los casos, el covid-19 costará una décima de crecimiento a la economía mundial, prevista en 3,3% este año. Otros cálculos llegan hasta cuatro décimas del PIB, siempre que la epidemia se controle rápido.
Este último escenario no está claro y los inversionistas prefieren protegerse en el oro y el dólar. El precio de la onza de oro bordea los USD 1 640 y Goldman Sachs prevé que subirá hasta USD 1 800 a fines de año. El dólar se ha fortalecido y eso se traduce en una depreciación del resto de monedas, lo cual resta competitividad a las exportaciones ecuatorianas, que además están afectadas por los menores precios del petróleo.
Si bien el covid-19 afecta a todos los países, los más vulnerables son aquellos que ya arrastraban problemas fiscales y que no ahorraron para afrontar eventuales shocks externos.