Los corredores de circulación exclusiva que deben dar cabida a grandes unidades de transporte público masivo en el sur de Quito no terminan de funcionar de modo óptimo.
El Corredor Sur Oriental aún no tiene el número suficiente de unidades, cuya importación tardó más de la cuenta. Pero el problema principal radica en la falta de acuerdos con los choferes de buses privados que todavía operan por los corredores paralelos y no usan la vía municipal trazada en el carril central.
Los buses privados compiten con las unidades municipales y generan congestión. No responden a una planificación lógica y el Cabildo se ha mostrado impotente de imponer su autoridad y decidir un flujo adecuado que agilite el tránsito de vehículos particulares y taxis.
No se cumple el objetivo de servir a los distintos sectores geográficos del sur de la urbe, que deben contar con unidades que alimenten al transporte municipal.
El Corredor Sur Occidental aún no opera por la falta de acuerdo entre el Municipio y las cooperativas de transporte urbano que circulan por la avenida Mariscal Sucre.
El carril exclusivo todavía es utilizado por autos particulares y aún no se conoce una adecuada planificación de las unidades de transporte masivo privado que circulan por la vía, por lo cual el tráfico es abundante.
De las múltiples tareas no resueltas que tiene a su cargo la administración municipal, esta es una de las más acuciantes. No enfrentarla se traduce en congestiones abrumadoras que significan pérdida de tiempo y dinero para los vecinos de la ciudad.
El Cabildo debe actuar con equilibrio y una planificación técnica y adecuada.