Como si el dolor por la pérdida de vidas fuera poco, como si contener el virus fuese fácil, el país ve indignado el mal uso de los carnés de discapacidad.
Este es un problema que se suma a la pandemia del coronavirus, a la quiebra de empresas, a la pérdida de plazas de trabajo, a la corrupción relacionada con la compra de insumos.
La revelación surgió a partir de la investigación sobre el caso de la avioneta accidentada en el Perú. Uno de sus ocupantes, que afronta interrogantes y es imputado, tenía una credencial por discapacidad parcial.
Así, se llegó a establecer que vehículos de lujo, con el consiguiente impuesto a la importación exonerado, se trajeron para él y sus amigos.
La repatriación de los autos no es suficiente. El sacudón fue a fondo y se empezó a destapar otra olla de grillos en el uso y abuso del carné.
En el país existen 384 428 personas calificadas con diversos grados de discapacidad. La mayoría de gente humilde pasa un auténtico calvario para obtener la credencial.
Pero hay un grupo de vivarachos, cercanos al poder o con suficientes influencias, que los obtienen. Resulta que en ese grupo hay un porcentaje todavía indeterminado de autoridades públicas y asambleístas.
Habrá que establecer con precisión quiénes en rigor lo merecen o quiénes usaron el tráfico de influencias para obtener el documento, que además permite otro tipo de exenciones.
Por el momento, la importación de autos con ventajas arancelarias se suspendió y se anuncia una evaluación total. Habrá que hacerlo bien.
Se espera una indagación técnica y que el palanqueo no se vuelva a aplicar,
como parece que sucedió cuando se cambió la responsabilidad de dar las credenciales a Salud en el 2013.
El Presidente de la República reaccionó indignado y anunció medidas. Resulta que el 2019 y el 2020 se multiplicaron los permisos de importación respecto de años anteriores.
Las certezas de negocios con la entrega de carnés, y hasta pagos subrepticios, contrasta con la larga peregrinación de miles y miles de personas que en verdad lo requieren. ¡Una vergüenza nacional más…!